Desgraciadamente,
la libre frecuentación de la cueva no siempre ha traído consigo gente sensible
a la protección de la propiedad y los menos sensibles han pensado en
"firmar" su imbecilidad dañando esta formación de concreciones, con
daños de dos tipos.
La primera la
atribuimos a la grafomanía, de hecho, algunas pintadas están realizadas en la
gran cuenca de la cumbre:
Estas pintadas
son, por desgracia, claramente visibles desde la ruta turística y, por lo
tanto, tendrán que ser eliminadas utilizando todos aquellos medios que en casos
similares han permitido restaurar las concreciones boicoteadas sin que se
produzcan daños excesivos.
El segundo daño
causado por la acción humana consistió en la rotura de los bordes con picadas
en algunos embalses, especialmente en la parte que mira hacia la entrada alta.
Es evidente que estas roturas impiden el funcionamiento correcto de los
depósitos dañados, que ya no pueden llenarse de agua y, por lo tanto, el borde
de la parte más elevada se mantiene siempre seco, lo que provoca su rápida
degradación.
Este conglomerado
de concreciones también está siendo excavado por el torrente de agua, pero este
fenómeno se produjo como resultado de la travesía realizada por el arroyo.
Esto, según los
diseñadores, debía crear un lago al inicio y en cambio "el embalse"
se llenó en el primer año con material de lluvia y el agua, al no encontrar
ningún freno durante su trayecto, adquirió más energía que logró erosionar el
lecho que era el pie de las cuencas.
